«La Cuaresma, que se caracteriza
por una escucha más frecuente de la Palabra,
por una oración más intensa,
por un estilo de vida austero y penitencial,
ha de ser estímulo a la conversión y al amor sincero a los hermanos,
especialmente a los más pobres y necesitados.
Así renovados en el espíritu,
podremos llega a celebrar con alegría la Pascua.»
Benedicto XVI
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